Tesa Arranz: Los Zombies

 


Jugando a extraños juegos con “La Robótica”

 

              Últimamente me encuentro nostálgico, serán las cosas de la edad, porque no me gustan nada los tiempos en que vivimos y, que estoy de la “mielda” del reguetón hasta las narices, prefiriendo recordar viejas épocas no muy lejanas, a pesar de que las únicas lejanas son las galaxias que nos acompañan todas las noches. Hoy he vuelto a entrar en este blog, al cual tengo bastante abandonado para dejar constancia de mis simples pensamientos que no van a ningún lado, porque yo también pertenezco a esa inmensa minoría de los llamados “Juan Simple”.

              Hoy voy a dejar de lado mis polvorientos caminos del country y los puñeteros libros, para recordar a una musa, a un verdadero icono de los años 80,s, a Tesa Arranz, la corista de los Zombies, con una imagen que forma parte ya de nuestra historia musical, y eso lo digo yo, un amante de la música rockabilly de los pies a la cabeza.




              Ella y Fabio McNamara, junto a Carlos Segarra de ‘Los Rebeldes’ y Víctor Coyote (Los Coyotes), sin olvidarnos de mi querida Anabel, la de ‘Los Tornados’, han creado unas imágenes icónicas para este que escribe, un Teddy Boy que se acerca de forma peligrosa a la sesentena, que se acuerda de una Robótica al lado de Bernardo Bonezzi, con sus bailes tan particulares, creando un tándem que fue indestructible y no tuvo, ni tendrá parangón en el panorama musical español.

              Unas letras frescas, juveniles y atemporales, junto a una Tesa Arranz que arrasaba con todo, porque su presencia era arrolladora. Siempre quise salir de copas con Tesa, siempre quise que Tesa cantase algunas de mis canciones, siempre quise publicar un libro de poesías o de fantásticas historias con Tesa, siempre quise emborracharme con Tesa…

              La musa de la movida nunca estará perdida, la podemos encontrar en Groenlandia, en el Tíbet, en Japón o tal vez en la Isla de Pascua. ‘Never Die’ querida Tesa, quiero jugar a extraños juegos contigo. Creo que a ti te mola más el Bowie, ese que cantaba Spaceman, y a mí el gran Buddy Holly, pero no me importa, pero creo que ambos coincidiremos en Groenlandia tomándonos unas copas. ¿Mola, no?




              Una imagen potente y distinta, junto a esa extraña forma de moverse en el escenario han pasado a la historia, nunca se borrarán de nuestros ojos, ni se quitará de esa musical cabeza que aún nos queda sobre los hombros.

              A mí tu vida no me genera morbo, y eso que yo ya he tenido varias vidas, he pasado por demasiadas frecuencias, aunque los B-52,s había que darles de comer a parte, para mi gusto eran una auténtica mierda. En fin, unos tiempos que no volverán y que ahora llegan a mi memoria.


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