Va de culos - parte 3
Finalmente tras esta entrada, terminaré con la
cuestión de que “el culo es el espejo del
alma”, con mi última aventura, acaecida no hace mucho tiempo, y que seguirá
demostrando tal singular teoría.
Quería
comprarme unos vaqueros nuevos, así que ni corto ni perezoso me fui de tiendas,
sin saber que una cosa tan normal como adquirir esa prenda, pudiera convertirse
en una verdadera odisea.
Decido
entrar en una iluminada tienda, en donde dos simpáticas señoritas atendían
cortésmente a todos los que allí se encontraban. Al verme “un poco perdido”, me refiero que cuando estaba hasta los mismísimos
demonios de mirar por todas las estanterías, y no encontrar pantalones de mi
talla repararon en mí. -¿Necesita usted algo señor? -.
-¡Coño
existo! -, (digo para mis adentros). Necesitar, necesitar no necesito nada,
gracias. Ahora sí, quisiera comprarme unos pantalones, pero desgraciadamente
para mí, no encuentro ninguno de mi talla. – Claro señor, usted lleva un buen
rato buscando y no ha reparado que la medida máxima que tenemos es una 40 -.
Reparado, reparado, como si esto fuera un taller mecánico, -hostia-, querrá
decirme cerciorado, y como la tipa se reía para sus adentros al ver mi cara de gili, al escuchar tal contestación,
consiguió que “me rascase un poco la
tercera”, y ya no había ni cristo bendito que me manufacturase las ideas,
que estaban en plena ebullición dentro de mi cabeza, y si he de ser sincero no
podía contener, así que pase a la acción, mandando como siempre que me tocan
las…, quiero decir el tupé, a todo el “7º
de Michigan” a freír cebollas.
-“Mecagüen en sampedroabotonado mil veces”.
Esto es una tienda de hombres “miseñoraseñorita
o lo que sea usté”, yo quiero ropa para paisanos no para niñatos. El
pequeño Ritarbeyu, es decir servidor no es un gran paisanon, pero ¡hombre!,
algo más de la cuarenta calzamos en este culo nuestro. Esto fue lo que la
contesté y de muy buena gana. – Yo si fuera mujer y quisiese agarrar a un buen
mozo, lo haría con uno que gastase un poco más de talla, hay que tener algo
grande que abrazar al lado, un hombre en condiciones, no un “cagatu” de tío, y he aquí la
contestación de la dependienta, que me ha hecho convencerme aún más en mi ya
conocida teoría:
-Pues
con una T40 los tíos tienen un culo cojonudo, que se cree usted tío listo, “onde té un buen culo que se quite una buena
cara” -. Sintiéndome el más mirado de los hombres, (toda la fauna allí
presente presenció el elocuente discurso), volví sobre mis pasos, no sin darme
cuenta de que era el ser más incomprendido de la humanidad, y un pobre
individuo, al que la naturaleza no le había favorecido con una maravillosa
talla 40, “culos nos des Señor para mirar
y admirar, olvidándote del pan nuestro de cada día”.
Manda a tomar cha-cha-cha al rollo este de las tallas.
Eran guapas de verdad, y cantaban la hos... de bien.
Los "jilgueros " con cintura de avispa, ¡¡toma ya!!
Comentarios
Publicar un comentario