Un paisanín que sale adelante en la vida.


¡Ritarbeyu! ¿A donde vas? Esta frase es uno de los primeros recuerdos  que tengo de mi infancia. Allí estaba yo, sin levantar apenas un palmo del suelo, con el flequillo casi tapándome los ojos, al lado de mi hermano mayor, saltando por los matorrales, brincando y lo más importante, pensando en cual sería la  siguiente travesura, para desconsuelo de nuestra santa madre.

 Pero cuando mi madre me mandaba a cualquier recadín, o a por la leche, en las casinas de alrededor se oía siempre la misma frase: ¡Ritarbeyu! ¿A dónde vas retaquín? ¡Hay Dios mío!, "esa cántara de leche nun va a llegar a casa, vas tirála toda per el suelo, y la tu madre va a esmoñicate a gorrazus, guaje". Es  lo que pensaba ella, pero el "cantaru la lleche llegaba a casa bien enteru", para gloria mía y descanso de mi madre.  


Luisa, ella fue quien me puso el mote y ahí quedó en mis recuerdos. ¿Qué será de ella ahora? -  Seguro que está en el cielo de las lecheras, bien rodeada de amigables, humildes y hermosas vaconas -, que era lo que más la gustaba, “ Hoy a la hora de comer me acordé de ella y…, bueno que más da eso.

Ritarbeyu iba creciendo, y más o menos haciéndose un paisano, el flequillo que me tapaban los ojos fue desapareciendo, para convertirse en buen tupé, un precioso tupé negro bien lleno de fijador, “pa dejalo bien marcao”.

A medida que el tupé crecía otra cosas se iban torciendo, como mi espalda, mi puta espalda. En mi vida además del primer amor, entraban otras cosas como Elvis, mi admirado Jhonny Burnett, Matchbox, y el grandísimo y único Cavan Grogan. ¡¡Rockabilly, eso sí que era música!! http://www.rockers.es/


Con quince años, lleno de vida e ilusiones, me dijeron de la forma más fría: “Chaval, esas manchas que tienes en el cuerpo de color café con leche es un Rinklinhausen”  ¿Qué coño era eso? Una enfermedad rara que afecta a una de nosecuantas personas, y en vez de acertar la “primi”, o que me toque la lotería de los bombos, me tocó la china. Ahora se conoce como Neurofibromatosis, la mía es de tipo 1 (NF1), después vino todo lo demás, que ahora ya no importa una hostia. http://www.aeenf.com/

¡Ritarbeyu! ¿A donde vas?  A luchar por la vida que remedio me queda, y entonces el guisante al igual que los cuentos de antes, salió a ganarse la vida por esos mundos de dios.

        Cuando nací creo que Dios me escupió a la cara, llenando mi cuerpo, y ahora poco a poco mi cara de manchas y granos, para joderme un poquitín la vida, pero por otro también pienso que en el momento de mi nacimiento, me escogió, sí me eligió para hacerme teddy boy. 

Unos son del “atleti”, otros equilibristas, ladrones, políticos, hijos de puta, traidores a su patria o cornudos, pero yo soy teddy boy. De esos tipos con tupé y patillas, sí, patillas ¿que pasa?, las patillas hacen recordar lo que somos, obreros, y algo que nunca debemos de olvidar, el orgullo, el puto orgullo obrero. Fanáticos de nuestra música y de nuestro tiempo. Eso fue lo que hizo de Ritarbeyu un paisanín para salir adelante en la vida.




¡Ritarbeyu! ¿A donde vas?  Eso es otra historia que ya iré contando.


“Non scholae sed vitae discimus”


(No aprendemos para la escuela, sino para la vida)

Séneca, hace una porrada de años.

Comentarios

  1. Ritarbeyu, muy guapo tu relato para la primera entrada.
    ¡Bienvenido al mundo bloguero, muchos ánimos y suerte!.
    Gracias por el enlace.

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