Die sieben Todsünden ("Los siete pecados capitales”)

Acto I

          7 vidas, 7 gatos, 7 enanitos, 7 secretos, 7 colinas, 7 gemas, 7 días, 7 colores, 7 chakras, 7 sonetos medicinales, 7º arte, 7º día, 7  º cielo, 7º sello, 7º vício, 7 maravillas del mundo, 7 años en el Tibet, 7 musas, el 7 siete de bastos, 7 trompetas del Apocalipsis, 7 novias para 7 hermanos..., hablando de novias y del Apocalipsis, el otro sábado me acerqué hasta el Savoy, para ver la actuación del “Gran Gato” Fernando Lavado, excomponente de los Gatos Locos, y en uno de los intermedios me empezó a dar la “turra” una piba.





Acto II

          Yo no estaba para muchas hostias, pues la anemia me tenía tan bien abrazado como los amantes en plena explosión de pasión. Y la apasionada, que no pasionaria pegándome la brasa de narices. Le daba igual que estuviera felizmente casado y que tuviera una armónica (es decir una hija). Que si le gustaban los tíos con tupé, que si las patillas nos hacían más machos, “mecagüen en la mare que la trajió a este mundo”.



Acto III

          La verdad sea dicha es que su cara me resultaba muy familiar, pero la doña iba hasta el culo de margaritas (copa típica del Savoy), y yo, que no llevaba ni 7 cervezas, ni 7 meadas, ni 7 bailes, ni 7 alaridos sudistas entre canción y canción, estaba hasta los mismísimos sextercios de los 7 minutos de parloteo de la mencionada, hasta que por fín... cantó la marrana y pude reconocerla, ¡que tonto soy!

Acto IV

          Estaba en plena campaña electoral para presentarse a la presidencia de la Esgae y quería el apoyo total de las huestes de Elvis, habría cervezas para todos y cedés de  rocking rolling gratuitos “pa tós” y yo, naturalmente le presto todo mi apoyo en el blog, e aquí su presentación  en sociedad.






Acto V

          Pero si la gente sigue bajándose las pelis, los grupos de musica güays, tías despelotadas, copiando apuntes “pol morro”, irá infiltrando a su policía especial, para chivarse luego a la puta Esgae, y nos veremos todos en Villabona, El Dueso, Cuatre Camins..., por si acaso esto son los “chivas” de turno.




Acto VI

El evangelio según Ramoncín

         


          Ramonchu 3:14-19: Era un “marica de terciopelo” y no me comprasteis el puto disco, fui “el rey del pollo frito” y me matasteis de hambre, estaba loco por “pribar” y no me disteis de beber, cuando cambié el colchón por una botella de champán os descojonasteis de mí, por eso apoyo la Ley Sinde y la de Corcuera (patadón a la pantalla del ordenador). Pero en verdad os digo, lo que realmente me “jode” es que no bajeis por el emule ninguna de mis canciones, de mis letras, de mi linda geta. Yo os condeno al cierre de todos los servidores, AMEN.


Acto VII y final

          Estimado amigo soy Elena Francis, si por alguna casualidad tomas represalias porque mis sobrinitos bajan algo de “internete”, me veré obligada ha enviarte a mis primos, que son unos cuates cojonudos, y que se aburren mucho cuando no van de boda, y están deseando asistir a la tuya. Besos de tu amiga: Miss. Francis. parecequefueayer.espaciolatino.com/Elena_Francis.html



 


La Perla del Cantábrico

          No podía ser de otra forma, nuevamente me he puesto nostálgico, y tengo un vídeo de unos colegas de Gijón cuando salieron por vez primera en  “Cajón Desastre”, parte del material no lo tienen ni ellos. El sonido es malo, pero merece la pena retroceder la vista atrás, 23 añitos menos para: Marcos Mutante, Pikos, Cristina, Javi Savoy y Lee Junior, son Lucas  y los Patosos (grandes, grandes, como ellos solos). http://www.losvolidos.galeon.com/





Microrelato

Marnie


         Todavía recuerdo lo contento que llegaba papá a casa. Siempre pensé que era por los grandes besos que le dábamos mamá y yo, porque descansaba en el sofá de casa, nos preguntaba que había de cena o porque Yanki, nuestro peludo gato le hacía de rabiar sentándose en su sitio favorito, algo que le encantaba.

        Pero una mañana de otoño, mientras esperaba el autobús, escuché aquella inoportuna conversación, donde comentaban que lo que más gustaba a mi padre no eran ni el culo prieto de Matilde su secretaria, ni las  grandes tetas de Marnie, la camarera del bar donde mi padre tomaba el café dos veces al día, sino sus largos y delicados dedos, que exhibía muy pomposamente al servirle de forma ridícula, por lo que papá lleno de placer solía morirse dos veces al día.




Feo, fuerte y formal». Le enterraron en el cementerio de Newport Beach, en una tumba cuya ubicación sólo conoce la familia para ...

John Wayne



 

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