Paris-Pure Rock and Roll, ¡¡con un par!!

    



Paris-Pure Rock and Roll, ¡¡con un par!!

          Trabajo en una báscula, peso camiones a puto pulso, pegándome con los kilos, las sobre-entregas, los palets y hostias de esas clases, pero todavía recuerdo aquella fría tarde del mes de noviembre, cuando me entra a pesar un camión colorado, en el que sonaba a toda pastilla el Nigger Hatin´Me, de ese menda llamado Johnny Horton… “Mecagüenla” pero quien coño… dije en alto todo sorprendido. En la delantera del camión lucía con orgullo la bandera sudista, bien reluciente, las ventanillas muy bajadas, para que se oiga la música desde bien lejos.


The Navy Jack (La bandera  rebelde).






         De la “cosechadora” colorada se baja un tipo fornido, de pelo blanco, con grandes gafas cincuenteras, unas patillas legionarias también blancas, bien remangado, sin apenas notar el frío, y, un tatuaje en su brazo derecho que pronto llamó mi atención, una bandera sudista con la frase Paris-Pure Rock and Roll.

         Acababa de conocer a Fernando rocker portugués de los pies a la cabeza, aunque había pasado la mayor parte de su vida en Francia, cuando sus padres emigraron por motivos laborales. Nada más vernos nos descojonamos el uno del otro, fundiéndonos en un fuerte abrazo, un veterano, un clásico entre los clásicos, y lo más importante, un hermano de sangre, que amaba el rocking rolling de los cojones como debía ser.

         Una noche que el tío estaba a la espera de carga, me comentaba que iba a repasarse el tatuaje o hacerse uno nuevo, al final entre una y otra acabó relatándome la historia del tatoo de las narices.


         Cierta noche de fin de semana en los arrabales parisinos, un grupo de rockers disfrutaba en la madrugada con sus historias, entre cervezas, cigarrillos y bailoteos con el R.´N.´. R.´. En lo mejor de esos momentos se vieron molestados por un grupo de papanatas, asnos, atontados, o dicho de otra forma, de los tocagüevos del momento que querían pasar a la fiesta de nuestro amigo sin estar invitados. Tras el típico intercambio de mamporros, guantazos, hostias, porrazos, mandobles y trompazos, el asunto se decantó no sólo del bando de los más fuertes, sino también de los más osados y valientes, poniendo pies en polvorosa los que se habían invitado al fiestón rockero para pasar por el puto morro, pero marchándose sin morros y con el rabo entre las piernas.

         Para recordar ese gran día, o mejor dicho esa gran noche de palos y rock and roll, decidieron celebrarlo agarrando una borrachera de morapio de esas que pasan a la historia, para luego hacerse un tatuje para conmemorar ese gran momento, pero teniendo en cuenta que Vincent L Enragé (El Furioso) estaba borracho como una cuba, pero a pesar de eso el atrevido de Fernando le pidió que le tatuara la bandera. Entre copa y copa de pastís , efectuó LÉnrage (El Furioso) su trabajo, pero el tatuaje quedó digamos de una forma un poco particular ( que esperabas con la mierda que llevabais encima), del que Fernando se sentía tremendamente orgulloso. De momento la pin-up podía esperar.


         Una noche que el patricio y yo quedamos para solemnizar nuestro primer encuentro, la cosa acabó como era de esperar, los dos agarrados, tambaleando de un lado a otro, por la triste calle Corrida en Gijón, digo triste porque ahora es triste, menos mal que nosotros la alegramos un poco en esos momentos, y desvariamos un pijo y medio. Hablamos del penúltimo discurso chorras del político de turno, de la sinfonía de no se quien tiparraco, de mandar al espacio unas fotos en B/N de las tetas de la Marilyn, un video de nosotros completamente borrachos, mamados y ajumados, tatareando el Rebel Rouser del Duane Eddy, y para que sepan la “pinflada” de leches que les pueden caer si aterrizan por aquí, junto con otras tantas hostias semejantes de las que ahora no me puedo acordar.


         Hace ya algún tiempo que no le veo, pero estoy seguro que él y su cabina estarán acercando el rock and roll por cualquier rincón de Europa, y en una de esas ciudades, Fernando, viejo rocker portugués estará susurrando al oído de cualquier chica cosas bonitas, pero ese “Suspicius Mind” sonará con su voz ronca bajo las farolas de la noche parisina. Paris-Pure Rock an Roll, ¡¡con un par!!



Gijón 06 Marzo 2.012

“I locked myself in one of the hotel's barrooms, and cried.”
“Johnny Horton was a good old friend of mine."
(Johnny Cash)

“Me encerré en la cantina del hotel y lloré.
Johnny Horton era un buen amigo mío.”

Foto cortesía de Don Hunstein


 

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