Return to Houston.

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El hombre de las berzas

            Apareció de repente, sin que nadie lo esperara, iba guarnecido con un viejo tabardo, y, las chirucas con el barro típico del camino. Llovía e iba encorvado, en ambas manos dos bolsas repletas de berzas, para disfrutar de ellas con un buen potaje. –  Papá hay un hombre con un  saco de berzas por el camino - gritó la niña.

            ¡Hey! – No me conoces pequeña – Era C. de V.  en persona, Mr. Blue había regresado  para empaparse con los aires de su patria chica. Atrás deja a  los pequeños pachucos orgullosos de su cultura, que le echarían de menos. Dejó aparcado su viejo Hightone en una de las calles de su amado Houston,  sus colegas, sus libros, sus extensas notas, sus viejos discos que siempre he querido robar, volando hacia Asturias para impregnarnos de sus queridos aires sureños.

            La niña alzó la vista, y tras los cristales mojados de unas gafas L. de C. pudo distinguir el amigable rostro de Mr. Blue. - ¡ Papá, pero si es Mr. Blue en persona! – Sí, soy yo, ¿ya no te acordabas de mí?- Claro, pero con la gabardina, y la bolsa llena de berzas, no te reconocía. Se rió, se rió como se reiría un tejano al comprobar que todos los acres de su hacienda estuvieran a pleno rendimiento, pero un buen potaje de berzas es  una de las cosas que más le encantan a Mr. Blue. Se fue cuesta arriba, camino de casa, se marchó ensimismado  en sus pensamientos y silbando una canción, acompañado siempre de esta persistente lluvia de Asturias que no nos abandona nunca.

            Atrás quedaron los tiempos en que no cesaba de mirar a la pelirroja del calendario, con sus botas rojas, y sus pequeños “shorts”, las correrías nocturnas con su inseparable E. de S., la Descarga, los falsos profetas, beberse la botella de Bools en la Cantina, para ver quien aguantaba más pelotazos del “exterminador”, la guitarra de 7,50$ de Elvis, vinilos y más vinilos…Tomás y los Demás, Despreciables, los fanzines, el libro sobre Burning, cagon tal, quien pudiera tomarse unos copazos de lo que sea con el Risi por La Elipa, para luego ya bien “empalmados” por el alcohol meterse unos “berridos” por “Jim Dinamita”, mientras el Keith Richards se descojona de fondo.

            ¡Hostia! Claro que quiero hacer la Ruta 66 el próximo verano, para eso atracaré un banco, “puliré lo pulible”, me liaré a mamporros en cualquier esquina… ó puedo recolectar guisantes (arbeyus), pero con ellos no saldría de pobre, ni sacaría para tal ansiado viaje. Pero si disfrutaré de tu reportaje fotográfico, de tu amena conversación, de tu espíritu creador, y, sobre todo, de un buen apretón de manos.

            Ten cuidado viejo Rocker, no por los peligros del camino, sino más bien por quien te acompañará en tal particular singladura, pues “Manulu Menal” amenaza con participar y no perderse la aventura, con lo cual el viaje solo tendrá dos paradas: La cárcel del condado (Montague) o la horca, crucemos los dedos, y que todos “los Elvis del mundo nos protejan”.

            Finalmente Mr. Blue, si ves que he trastocado un poco los datos o la historia,  es debido a que es muy importante la irrealidad para describir la realidad.